miércoles, 11 de diciembre de 2013

Voy a hacerlo


¡Cómo echo de menos mi infancia! Mi única preocupación era pasarlo bien. Me gustaba ir al colegio, hablar con mis compañeros, ir al parque, merendar viendo la televisión. Cuando juagaba un partido de baloncesto era como la final de la NBA. Cuando un amigo venía a dormir a casa, era la mayor fiesta que podía haber. Tenía la mente muy abierta, mucho más que ahora, era mucho más imaginativo, se me ocurría algo genial para hacer en cada momento.

Y ahora, lo que suele ocupar mi mente es el futuro, me organizo pensando en el día siguiente, en los exámenes. También en las notas, y me preocupo porque no tengo ni idea de qué carrera hacer. Es un agobio ver cómo pasan los días, y yo ni me entero, porque para mí pasan los exámenes, los trabajos, los partidos de baloncesto. Viene mi familia a casa y apenas me entero. Hasta cuando quedo con mis amigos pienso en eso a veces. 

Todo esto, por no hablar de las cosas típicas que un adolescente puede tener en mente (aparte de los estudios): problemas con amigos, con mis padres, querer enterarse de todo y al final no enterarse de nada…
Hoy me propongo cambiar eso. A partir de hoy, no pasarán los días sin que me dé cuenta. Quiero vivir el presente, cada minuto, porque son minutos que ya no vuelven. Y luego me arrepiento de no haberlos aprovechado. No quiero ser el que quiere que pasen los días, quiero ser el que no quiere que acaben.


jueves, 5 de diciembre de 2013

Shake up the happiness

 Me hallo sentado en la silla de mi escritorio. Mi portátil delante, la mesa desorganizada (como yo), y la puerta cerrada. Acabo de jugar unas partidas al Fifa con un buen amigo y ha sido una buena liberación. Ahora tocan 3 días de descanso, aunque en realidad de descanso llevamos prácticamente dos semanas.

 Estas dos semanas no me han servido para hacer todo lo que yo quería. ¿Nunca os pasa que cuando estáis en exámenes se os ocurren mil y una cosas para hacer y cuando estos se acaban se os queda la mente en blanco? Me considero un chaval emprendedor, porque la iniciativa la tengo. El problema es que me falta darle uso.

 Hace un buen día de diciembre, soleado y frío, como a mí me gusta. Pero desgraciadamente hoy no podré salir con mis amigos, tengo cita con la química. Aunque la química orgánica, la verdad, me está gustando, así que tampoco será todo aburrimiento. Ahora que hablo de química, se me viene a la mente mi profesor. Ese profesor que, en mi opinión, está tan poco valorado, y ha tenido que faltar un día a clase para que nos preocupáramos y lo empezásemos a apreciar.

 Es estas fechas, por lo general, nos sentimos más afortunados de todo lo que tenemos. Conozco a poca gente a la que no le guste la Navidad. En mi caso, yo vuelvo a ser un niño, a pensar como un niño, y a vivir con la ilusión de un niño. Por eso es una de mis partes preferidas del año. Espero que vosotros también tengáis esa suerte.